Nuestra tradicional Sopaipilla, la que solemos disfrutar cuando llueve, o comiéndolo con «pebre» reemplazando el pan como desayuno camino al trabajo. También, se ha convertido en postre familiar al comerlas pasadas, es un alimento tan arraigado en nuestras costumbres chilenas que pensamos que propio sólo de nuestro país, puesto que se puede comer en populares carritos de comida callejeros. Sin embargo, veamos un poco de historia y en que consiste este alimento.
La popular Sopaipilla se hace con harina de trigo y zapallo camote (calabaza de Castilla) aunque algunos no le agregan, se hace una masa que luego se fríe, se suele comer inmediatamente recién frita; sin embargo se realiza una segunda preparación cociéndolas en chancaca (o panela, proveniente de la caña de azúcar) con cáscaras de naranja, lo cual la convierte en un postre muy apetecido en Chile, y se denomina «Sopaipilla Pasada».
El origen de la palabra sopaipilla viene de los árabes que le decían sopaipa, que era una masa frita. Posterior a la invasión árabe a España, los españoles la traen a Chile. La versión más aceptada dice que «sopaipilla» es simplemente el diminutivo de «sopaipa».
Este alimento no solamente se come en Chile, sino que en Andalucía, Bolivia y Norte de Argentina. Cabe señalar que en Andalucía se preparan de forma muy similar y se espolvorean con azúcar, lo cual también se hace en zonas del sur de Chile.