Es sabido que la conquista de Chile fue muy dura y que los Mapuches eran fieros adversarios de los españoles, quienes sufrieron terribles pérdidas por los levantamientos indígenas. A fines del siglo 16 se produce el mayor de los levantamientos destacándose la destrucción de Chillán el 13 de septiembre 1598 y la batalla de Curalaba (Lumaco) donde es asesinado el Gobernador de Chile Martín García Óñez de Loyola (sobrino de San Ignacio) el 23 diciembre del mismo año. Como resultado de la rebelión se produjo la destrucción total de todas las ciudades al sur del Rio Biobío, con muerte y secuestro de familias completas. Cronistas de la época señalan que, al menos un tercio de la población estaba secuestrada por los indígenas y en condiciones de esclavitud, penosas condiciones sanitarias, sujetos a vejámenes y violaciones a las mujeres y todo tipo de abusos a los hombres; los pocos que lograban escapar contaban terribles padecimientos.
Toda esta situación puso en gran alerta a la población del Reino de Chile y en 1602 se solicitó auxilio al Rey, pidiendo él envió de tropas profesionales para resguardar y rescatar a los españoles secuestrados, de lo contrario muchos abandonaría el territorio. En 1603 el Rey Felipe III autoriza la creación de esta de los Tercios de Arauco o Ejército de Chile con financiamiento directo del virreinato del Perú denominado Real Situado y se nombra como Gobernador de Chile a Don Alonso García de Ramón.
Cabe señalar que, un tercio Español era una unidad militar de elite que era muy temida y respetada en Europa, era la fuerza de infantería dominante en los campos de batalla. Un terció estaba constituida por varias compañías a cargo de capitanes entre los que se incluían Piqueros, Arcabuceros y Mosqueteros, que operaban en forma conjunta y muy organizada en las batallas. Estaban provistos de espadas de doble filo, cascos (capacetes o morriones) y distintos grados de armadura tales como Peto y Espaldar para protegerse de cortes de espadas y flechas. Así también, contaban con capellanes para mantener la moral de la tropa y entregar los servicios religiosos.
Primeros soldados
Con la llegada del nuevo gobernador García de Ramón de Lima, arriban los primeros 200 soldados, con mucho armamento y municiones el 21 de marzo de 1605. A poco tiempo llegan otros 250 soldados del reino de Méjico conducidos por el capitán Villarroel. Ese mismo año llegan 1000 soldados conducidos por el comandante de gente de guerra Don Antonio de Mosquera (ex gobernador de Puerto Rico). Estas tropas llegaron por tierra vía Buenos Aires; estos soldados habían sido cuidadosamente seleccionados en la península para venir a luchar a la guerra de Arauco y dar auxilio a los españoles que eran atacados por los araucanos. Este contingente y zarpó de Lisboa en febrero de 1605 y tras muchas penurias y varias muertes lograron arribar primero a Montevideo y luego a Buenos Aires, donde el Gobernador reunía las carretas y pertrechos para enviar esta expedición a Chile, diversos contratiempos hicieron que lograran llegar a Mendoza en el mes de mayo donde debieron pasar el invierno, esperando la llegada de la primavera y allí poder cruzar sin nieve la cordillera para poder cruzarla rumbo a Santiago.
Finalmente, llegan a Santiago y forman en la plaza de armas el 5 de noviembre de 1605, donde fueron recibidos con vítores por los vecinos y el Cabildo de Santiago preparó un homenaje al Comandante Antonio de Mosquera por traer tal cantidad de tropas a defenderlos, nunca antes se habían visto en estas latitudes soldados profesionales y en tal magnitud. Prontamente, se hicieron los preparativos para comenzar su desplazamiento a la frontera del Biobío en convoyes de 100 soldados con sus respectivos capitanes y pertrechos militares.
Posteriormente, continuaron llegando contingentes de 60, 150 soldados de esta forma el Tercio de Arauco o Ejercito de Chile contó entre 1500 a 2500 soldados profesionales en forma permanente destinados en numerosos fuertes construidos en la frontera y en otras zonas más al norte.
Cabe señalar que, este fue el único contingente de soldados profesionales que se instalaron en América, el actual Ejército de Chile reconoce sus orígenes militares en estos antiguos Tercios de Arauco.
Autor: Juan Álvaro Arce Peña. Homenaje a mi ancestro Don Felipe Arce Cabeza de Vaca que llegó a Chile con el contingente de Antonio de Mosquera.