Antonio de Quintanilla y Santiago (nace en Pámanes, España 1787– fallece en Almería, 1863) fue un militar español que pasó en su juventud a la gobernación de Chile y después de dedicarse al comercio en la provincia de Concepción, ingresó en el ejército real en 1813. Llegó a ocupar el puesto de gobernador de Chiloé hasta la conquista de ese territorio por tropas chilena en enero de 1826.
Durante la Guerra de Independencia de Chile actuó en las batallas de Yerbas Buenas, San Carlos, Chillán, El Roble, Rancagua y en la de Chacabuco (1813-1817). En San Carlos recibió una herida en el rostro, que por falta de atención médica le acarreó sordera en el oído izquierdo y una parálisis facial permanente en ese lado de la cara. Alcanza el grado de coronel en 1814. Brigadier el 17 de diciembre de 1825.
Después de Chacabuco viajó a Lima, donde fue nombrado gobernador de Chiloé por el virrey Pezuela el 20 de marzo de 1817 en reemplazo del viejo y renunciado coronel Ignacio Justis (o Yutis), en aquella época una gobernación política y militar dependiente del Virreinato del Perú, asentándose en la villa de San Carlos de Chiloé, actual ciudad de Ancud en el norte de la Isla Grande, y allí organizó su defensa frente a las expediciones dirigidas por la República de Chile, derrotando en Agüi la comandada por Lord Cochrane en 1820 y en Mocopulli la de Ramón Freire en 1824, pero en una nueva expedición y tras los combates habidos en los campos de Pudeto y Bellavista (14 de enero de 1826) convino con el jefe del ejército expedicionario chileno el Tratado de Tantauco (15 de enero de 1826), en virtud del cual Chiloé fue anexado a la República de Chile.
Después de los sucesos anteriores, regresó a España en compañía de sus hijos y de su mujer, Antonia Álvarez de Garay, natural de Chiloé, y se mantuvo en el real servicio como brigadier del cuartel de Santander (1827), subdelegado general de policía de la Mancha (1831). Ocupaba aquel último cargo cuando Fernando VII murió y comenzaba una nueva guerra civil dinástica. Rápidamente desbarato una intentona carlista en su provincia para ser relevado poco después.
Fue nombrado caballero de la Orden de Isabel la Católica (1824), y recibió la gran cruz de la Orden de San Hermenegildo y la cruz de la batalla de Rancagua, entre otras distinciones. Muere el 27 de diciembre de 1863, en Almería.
En 1926 se erigió un obelisco en el Fuerte San Antonio de Ancud, en una de cuyas caras se presenta un medallón en recuerdo de Antonio de Quintanilla con la leyenda «último gobernador español de Chiloé«. Este monumento es considerado el único en América erigido a un gobernador español que luchó en el bando realista durante el proceso de emancipación americana. En la actualidad hay calles en las ciudades de Ancud, Dalcahue y Castro que llevan su nombre.
Cabe mencionar, que el medallón del obelisco NO corresponde físicamente a Don Antonio, se está preparando un busto real por el destacado artista Argentino Jorge Rodolfo March, que se presenta a continuación.