Autor: Marcelo de la Puebla, destacado músico chileno, extracto de su capitulo para el libro «Cartas hispanistas al Rey de España«. |
Amigo lector, si hablo en primera persona es porque lo que leerás aquí brota del recuerdo de vivencias personales. Este es un manifiesto en defensa de nuestros sones y cantares; tanto “los de aquí” como “los de allá”. A través de los siguientes testimonios de vida, quiero evocar la increíble historia de nuestras músicas, su incomparable riqueza, su proyección universal, así como su gran poder aglutinador, propiciador tal vez de nuestra futura reunificación. Es también un agradecido homenaje a aquellos maestros, ilustres y desconocidos, doctos y populares, que determinaron mi devenir de guitarrista patiperro.
Los pueblos hispanos han sabido crear un arte musical de tan sabia elaboración y profundidad del alma, que posee una inigualable capacidad para expresar todos los sentimientos humanos: religiosos y profanos, serenos o pasionales.
Pero, sobre todo es un extraordinario derroche de alegría, irresistible sabrosura y sublime belleza. Y a pesar de todas las desgracias, no existe el tenebrismo en nuestra cultura; hasta lo más terrible es trascendido por el arte en una tragedia que se canta y se baila.
La nueva canción Chilena
Muchas letras evocaban al “sueño de Bolívar”, un supuesto proyecto de unión “latinoamericana”. Yo aún no sabía que aquel endiosado “libertador” fue precisamente uno de los principales culpables de nuestra desunión y ruina. Ese extraño hispanismo sin España era, no obstante, un profundo y sincero sentimiento de pertenencia a la misma comunidad de destino. Y fueron muchas las declaraciones de amor a la Patria Grande como aquellos versos de Isabel Parra que dicen “América del sur eternamente, te declaro mi amor públicamente” y la cueca de su madre que así
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