La milicia fue un fenómeno militar único en Sudamérica, que se creo en Chiloé en forma espontanea y debido a la tradición militar de los primeros conquistadores como afán de protección contra los indios y piratas, ocurridos en los siglos XVI y XVII. Otros aseveran que la formación de la milicia se habría establecido de cuando Chiloé se sujeto a la corona, con lo cual se demostraba su sacrificio y lealtad al Rey.
Muchos historiadores coinciden que la militarización fue tres veces y media más avanzada que en el continente y estaba formada por los residentes de los pueblos de los diferentes partidos del archipiélago, “quienes se alistaban en las compañías de sus clase, desde que tenían edad para poder portar armas, a fin de que concurran en la defensa interior y exterior de su patria”. Informe de don Manuel Pinera, sobre tropa y milicia de Chiloé. Lima 21 diciembre 1786, AGI. (Archivo General de Indias)
La militarización del archipiélago nunca bajo de 2.200 a 2.500 durante el periodo virreinal. La milicia (de ahí proviene el termino milicos) en Chiloé se encontraba dividida en 3 cuerpos. Los cuales eran Infantería, Caballería y Artillería; cada rama se encontraba compuesta por 17 a 23 compañías.
En 1768, Castro y su jurisdicción contaba 12 compañías en 1742, 13 compañías en 1755 y 16 en 1766. En 1768 contaba con 18 compañías para acudir en defensa de su jurisdicción si las circunstancias así lo requerían. También había otras compañías en Chacao, Carelmapu y Calbuco.
La Caballería contaba hasta 1768 de 7 a 9 escuadrones, de los cuales Castro contaba con 3 en 1742 y 5 en 1768.
La Artillería se encontraba por una compañía en 1768 y estaba repartida en 3 fuertes Castro, Chacao y Calbuco. San Carlos cuenta con una brigada de artillería agregada a la compañía reglada. (Burgos, La Periferia, pág. 241)
En lo que respecta a Curaco por ejemplo en 1742, contaba con una milicia de 62 hombres, la cual contaba con 30 lanzas y 10 espadas, es decir 2 secciones de 31 hombres cada una , encontrándose al mando de Don Luis de Álvarez.
Huyar contaba con una milicia de 52 hombres, es decir 2 secciones de 26 cada una, con armamento de 28 lanzas y 5 espadas. Y estaba al mando de Don Juan Olavarría y Quinchao, su milicia se encontraba constituida por 51 hombres, es decir 2 secciones de 26 y 25 hombres, respectivamente, con un armamento de 26 lanzas y 15 espadas y se encontraba al mando de Don Lorenzo López.
Estas milicias generalmente se encontraban a cargo de un Teniente Corregidor de la Isla más 2 oficiales, los sargentos, cabos e individuos de tropa, se encontraban obligados a concurrir a Castro en Semana Santa con el objetivo de hacer ejercicios militares, tal como lo hacían los milicianos de la isla de Quinchao, quienes tenían que trasladarse desde sus respectivos pueblos con gran sacrificio, transbordándose hombres y caballos por el antiguo pasaje de Huenao, pasando por Quilquico hasta llegar a Santiago de Castro. En 1766 el gobernador Castelblanco, practico una revista militar general, donde se presentaron milicias de 23 pueblos, entre ellos Curaco. Después de 1799 las milicias empezaron a contar con algunos oficiales de carrera para la instrucción y en vez de los viejos mosquetes se comenzaron a ver algunos fusiles que fueron incrementándose con el correr de los años.
Extracto del libro “Apuntes históricos de Curaco de Velez, un pueblo de Chiloé.”, del escritor y poeta Curacano Don Carlos Oyarzun Cárdenas.