Tras la caída del reino visigodo de Toledo, entre el 711 y el 718, el bereber Otman ben Neza conocido como Munuza fue nombrado gobernador de la región de Asturias, en el noroeste de la península ibérica, estableciéndose en la ciudad de Gijón, a orillas del mar Cantábrico.
Su autoridad fue rápidamente desafiada por algunos dirigentes astures que, encabezados por Pelayo, que decidieron no pagar los impuestos exigidos por los musulmanes. Por esto, Munuza se propuso castigar a los rebeldes, pero tras algunas escaramuzas de resultados inciertos, solicitó refuerzos al gobernador de Córdoba. Este despachó un cuerpo expedicionario de 187 mil hombres, al mando del general Al Qama o Alkamán. Acompañaba al ejército el arzobispo Oppas, traidor a su patria y a su fe. Leer más