Paseo Ahumada: icónica calle de Santiago formó parte del Camino del Inca

La historia de Ahumada es anterior incluso a la fundación de Santiago del Nuevo Extremo por la hueste de conquistadores hispanos que llegaron con Pedro de Valdivia en 1540. El trazado de la calle Ahumada siguió la huella del «Qhapaq Ñan», el Camino del Inca, la gran red de caminos que comunicaban el Tahuantinsuyo y cuyo rastro cruzaba el valle del Mapocho desde varias decenas de años antes de que los europeos llegaran a estos parajes. Según recientes investigaciones arqueológicas, la presencia del imperio de los incas estaba marcada por la existencia de un pequeño centro administrativo y el camino llegaba hasta al menos la Angostura de Paine.

Una vez que los españoles se instalaron sobre ese poblado, aprovechando la infraestructura ya existente, la calle fue una de las primeras en tener como vecinos a los conquistadores de la hueste de Pedro de Valdivia. Rodrigo de Araya y Lázaro de Aránguiz serán los primeros vecinos ilustres y la callejuela que une a la plaza de Armas con la Cañada de San Francisco (Alameda) pasará a ser conocida inicialmente como la calle de Lázaro Aránguiz hasta que ya en 1580 se hace conocida con el nombre que aún hoy tiene: calle de los Ahumada, por la residencia de Juan de Ahumada y sus descendientes.

El conquistador que le da el nombre a la calle Ahumada

Garcí Hurtado de Mendoza

Don Juan de Ahumada y Pérez (nacido en Medina de Rioseco, Castilla por 1533),pasó al reino de Chile como capitán de la hueste que llega a Chile con el Gobernador García Hurtado de Mendoza en 1557. Fue regidor de Mendoza, se radicó en Santiago donde fue encomendero y protector de indios en 1566, luego en el año 1574 fue designado regidor perpetuo de la ciudad, fue alférez real en 1578 y también alcalde de la ciudad en los años 1580, 1585 y 1596. Se casó con Catalina Hurtado de Mendoza y Godínez, con quien tuvo un hijo llamado Valeriano de Ahumada, que llegaría a ser varias veces alcalde de Santiago, y fue quien se opuso al traslado de la ciudad a Talagante, después del terremoto de mayo de 1647. El nieto de Juan será el principal organizador y rector de la Real Universidad de San Felipe. Por eso la “cuadra de los Ahumada” pasó a ser conocido como la “calle Ahumada”.

Durante los largos años del reino de Chile la calle irá de a poco convirtiéndose en una de las principales en Santiago. Compite en el comercio con la antigua calle Del Rey, actual calle Estado, y posteriormente con la Alameda de las Delicias. Con la masiva migración del campo a la ciudad en el siglo XX será el eje de la vida social, cultural y comercial de la ciudad.

Ya en 1831 se había fundado el Café de Hevia en la esquina con la Plaza de Armas y unos años después se instalaría en esa cuadra la Confitería Torres. En el siglo XX aparecen los cafés más modernos como el Lucerna, el Waldorf, la Novia, el Santos, el restaurante Naturista y el famoso café Haití, tal vez el más característico de los locales de venta de café al paso de la ciudad. Compiten por el público que circula por el centro en distintos horarios y rutinas, con ofertas para el almuerzo, la once y la noche.

Actualmente, la calle ahumada se comienza en la alameda y se extiende por 3 cuadras hasta la plaza de armas, el resto de la ruta cambia de nombre y se llama Puente, pues enfilaba al antiguo Puente de Cal y Canto que al cruzarlo hacia la ribera norte del Mapocho se conecta con el sector de La Chimba y la actual calle Independencia antiguo Camino de Real a Mendoza que también constituía la ruta incaica.

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