El milagro en que el Apóstol Santiago salvó a Pedro de Valdivia y los españoles

¿Por qué se llamó Santiago a la capital de Chile? ¿Qué impulso sentimental o muestra particular de fé en el santo tradicional de los gallegos llevó al fundador a denominar así a la primera ciudad  que su recio espadón delineara en las faldas del cerro Huelén?

En registros históricos se tienen crónicas que relatan las batalla que libró Don Pedro de Valdivia contra un formidable ejército de Michimalongo, quienes ya habían matado al hijo de Vitacura, Jefe Inca de la zona, por vincularse y aceptar los requerimientos de Pedro de Valdivia.

Cuando se acercaban al campamento en una ladera del cerro Huelen, las huestes de Pedro de Valdivia se encomendaron al Patrono de España y al grito de «Santiago y Cierra, España» se lanzaron en furiosa encuentro del ejército indígena que los superaba muchas veces en número.

Cuando Valdivia y sus hombres estaban siendo vencidos por las numerosas fuerzas, y ya próximos a la muerte, repentinamente sus bravios atacantes dejan sus armas y huyen despavoridos del combate.

Valdivia, apenas hubo recuperado los alientos, hizo traer a su presencia a varios de los indios principales que habían caído prisioneros y los interrogó separadamente, con gran recato y diligencia. Ante su creciente asombro todos estuvieron contestes, sin que hubiese uno que discrepara, en afirmar lo siguiente: «Cuando estábamos más seguros de la victoria, vimos venir por el aire un guerrero de brillante armadura, montando un caballo blanco con la espada fulgurante, como si fuese de fuego, amenazando a nuestro bando; e pronto comenzó a hacer tal estrago en él, que todos quedamos pasmados e despavoridos. Por eso, dejamos caer las armas de las manos, ya que nunca habíamos visto cosa parecida.»

«E por tanto, declaramos abogado e patrón del pueblo cuya fundación intentamos al glorioso Apóstol Santiago, en cuya resolución ponemos luego manos a la obra a los doce días del mes de febrero de mil e quinientos cuarenta e un años».

Así tenéis, pues, como de acuerdo con lo que relata Mariño de Lovera, el nombre de la ciudad de Santiago se debió al primer milagro que la divina disposición del Altísimo permitió se produjera en estas tierras de Chile.

Fuente recopilación: Aparición Milagrosa de Santiago Apóstol