Santiago Barrientos, un soldado realista duro de matar

Santiago Barrientos y Alvarado es de esos personajes que inspiran películas de acción, nació en la ciudad de Castro, Chiloé, el 15 julio de 1789, estudio en la escuela los franciscanos de Castro. Cuando tenia 12 años fue golpeado por la desgracia del fallecimiento de sus padres en un accidente, lo que lo obligo a vivir con su tío José Barrientos en la localidad de Osorno a 275 kilometros al norte. Esta desgracia fue formando su carácter para enfrentar las aventuras y desventuras que vendrían.

Ya con mayoría de edad se fue a vivir a Valdivia a trabajar en el área comercio, cuando en la situación política del reino comienza a cambiar debido a la situación de Fernando VII. Comienzan los movimientos revolucionarios en Santiago, todo eso le producía gran inquietud, su formación religiosa junto a sus valores familiares provocaron un rechazo total a la crisis política, por lo que se rebela y toma de determinación de regresar a Chiloé y unirse junto a su hermano León como voluntario sin sueldo del Batallón Fijo de Infantería.

Eran tiempos borrascosos, pero sintió que podría ayudar a la causa de enmendar los caminos del reino de Chile, por fin se sentía útil y entusiasmado sirviendo en regimiento conocido como el Batallón de Voluntarios de Castro y orgulloso de representar a Chiloé y de estar bajo las órdenes de importantes los generales como Pareja, Gainza y Osorio, enviados directamente por SM el Virrey.

Con mucho entusiasmo demostró su valor y arrojo con las primeras acciones militares en la captura de Talcahuano, igualmente brevo fue en el sitio de Chillán donde la muerte le mostro su frio rostro puesto que fue herido gravemente en el brazo derecho. Por su valeroso desempeño fue ascendido a Subteniente donde por primera vez recibió sueldo, hasta entonces su recompensa era luchar por Dios, el rey y nuestro reino.

Su espíritu se iba ilusionando, con el avance del ejercito restaurador, a pesar de los rigores de las batallas y el crudo invierno participó en todas las campañas hasta vencer en Rancagua y luego dio gracias al altísimo al entrar triunfante a Santiago con su general Mariano Osorio, por fin logro su sueño de restaurar el legítimo gobierno del reino.

Tuvo algunas designaciones militares y luego, se dedicó a evitar la invasión de San Martin desde Mendoza, y en la batalla de Las Hornillas (8-feb-1817) fue herido y tomado prisionero junto a su hermano León por el coronel Las Heras pocos días antes de la batalla de Chacabuco. Ambos fueron llevados prisioneros a Las Bruscas un infame presidio cercano a Buenos Aires donde fueron sometidos a vejaciones y torturas por más de 3 años, en ese hubo cerca de mil soldados y oficiales, capturados. Tras algunos intentos logran escapar y llegar a casa de Clara Escuénega quien los protege y clandestinamente los ayuda a huir a Montevideo, y luego a Brasil donde el Embajador logra facilitarles viajar a Cádiz.

Mapa campo de prisioneros Las Bruscas

La misión más importante de su vida, la defensa del palacio real

Se reincorpora al ejército y participa en el regimiento de la Reina, participa en importantes acciones militares con los que obtuvo el grado de capitán. Luego, asume la segunda jefatura de la guardia de alabarderos del palacio Real.

El 7 de octubre de 1841 a las 8 de la tarde comienzan los disparos en el palacio real, eran fuerzas lideradas por el héroe de las guerras Carlistas Diego de León y por el general Manuel Gutiérrez de la Concha que pretendían raptar a la princesa Isabel, siguiendo las ordenes de su exiliada madre María Cristina. Los enfrentamientos se producen a corta distancia.

Santiago Barrientos, se destaca haciendo uso de toda su experiencia en combates de guerrilla, para lo que organiza la defensa con apenas 18 soldados parapetándose en el segundo piso del palacio con escasas municiones, se enfrentan con fiereza en las escalinatas donde se defienden hasta con garbanzos para dificultar que los golpistas suban del edificio. Resisten, los ataques hasta las 5 de la madrugada. De esta forma logra cumplir con la misión de salvaguardar la vida de la princesa.

Su labor fue tan alabada por su antiguo general Antonio de Quintanilla que llegó a felicitarlo, diciendo: “¿Dónde está ese chilote que se ha llenado de gloria?”, por su acción todos reciben la Orden de Laureada de San Fernando.

Puerto Rico y defensa de Cuba y regreso a Chile

Habiendo llegado al gobierno el partido que había atacado el Palacio Real en 1843, y aunque lo protegía el presidente del Consejo de Ministros, el general Ramón María Narváez, Barrientos prefirió dejar el Real Cuerpo de Alabarderos y obtuvo el nombramiento de gobernador del Castillo de San Felipe del Morro, Puerto Rico en 1848. Un incidente con un subteniente borracho le hace perder su cargo, pero la Reina revoca la sentencia y pasa a retiro y viaja a la Habana.

Estando en Cuba en 1852 recibe el ascenso a coronel, si bien estaba retirado en 1853 el capitán general de Cuba lo nombre jefe de 3 compañías de voluntarios para defender Cuba de un ataque de filibusteros de Estados Unidos.

Por fin en 1855, obtiene la licencia y puede volver a Chile donde compra un fundo en Valdivia. En 1878 se le concedió la gran cruz y placa de la Real Orden de San Hermenegildo, último reconocimiento de la Corona a su denodado defensor. Finalmente, a los 93 años muere el ultimo defensor del reino de Chile, lleno de gloria y cicatrices.

Santiago Barrientos comenzó como soldado voluntario, prisionero de guerra, víctima de torturas, fugitivo, alabardero defensor de la futura reina Isabel II, coronel laureado realmente fue un Duro de Matar.

Biografia completa en sección Proceres Realistas: Coronel Santiago Barrientos Alvarado.