Batalla de Penco: El apóstol Santiago lucha junto a Pedro de Valdivia

Al amanecer del 12 de marzo de 1550, hace 475 años, despuntó sobre los cielos de la bahía de Penco, iluminando los estandartes de Castilla y los corazones de los soldados que, al mando del indómito Pedro de Valdivia, se disponían a enfrentar una de las pruebas más feroces de la conquista del Reino de Chile. Junto a los hispanos (200 hombres) iban los aliados yanaconas y promaucaes (300 soldados), dirigidos por el gran Michimalonco. Quien se había convertido en aliado del conquistador.

Valdivia, veterano de muchas guerras, se había asentado en el lugar con la firme resolución de erigir un fuerte que asegurase la presencia española en aquellas tierras bravías. Pero el enemigo, numeroso como las olas del océano, ya marchaba sobre ellos. De 15.000 a 20.000 mapuches con la intención de derribar ese fuerte.

Con la fiera determinación de quienes han prometido sus vidas a la causa del Rey y de Dios, los soldados españoles se dispusieron en formación, mientras los aliados prepararon sus arcos. La contienda no tardó en desatarse.

La marea mapuche se lanzó con fuerza, el estruendo de sus tambores resonando como un trueno de guerra. Las primeras oleadas cayeron sobre los defensores con ímpetu inhumano, pero los hombres de Valdivia, curtidos en la lucha, aguantaron la embestida con la férrea disciplina de las legiones castellanas. Jerónimo de Alderete, sin permiso de Valdivia, cargó con la caballería, siendo rechazados por los mapuches. Es en ese entonces, cuando las crónicas indican que apareció el apóstol Santiago montado en su caballo para guiar a los españoles. Las tropas hispanas volvieron a realizar otra carga de caballería con Santiago en primera fila, y, esta vez sí, arrasaron al enemigo, con los yanaconas persiguiendo a los que huían. 4.000 mapuches yacían muertos y 200 fueron hechos prisioneros.

Penco, aquella pequeña plaza costera, había resistido. La bandera de Castilla ondeaba aún sobre la fortificación, y con ella, la certeza de que la conquista proseguía inexorable.

Valdivia permaneció todo ese año de 1550 en el fuerte de Penco fundando formalmente Santa María De La Inmaculada Concepción, el cual sería el tercer poblado importante después de la Serena y Santiago. La Guerra de Arauco continuaba.

Fuente: Reseña de la cuenta de Instagram de el Gran.Duque.De.Alba