El 30 de diciembre se conmemoró el natalicio de José Santiago Rodríguez Zorrilla. Era Obispo de Santiago en el turbulento proceso de la Guerra Civil por la Emancipación en Chile, que enfrento a los llamados patriotas y realistas.
Desde el primer instante se opuso al Cabildo Abierto celebrado el 18 de septiembre de 1810, a pesar de su postura debió asistir a este en su calidad de Vicario capitular en sede vacante de Obispo.
En 1812, se negó a jurar obediencia al Reglamento Constitucional Provisorio promulgado por José Miguel Carrera y este en respuesta lo declaró reo, acusado de traición al nuevo Estado y se fue relegado a Colina.
Luego de la restauración del gobierno Virreinal con triunfo en la batalla de Rancagua, Monseñor Rodríguez se encargó de los juicios que por infidencia se siguieron en contra de varios sacerdotes que adhirieron a la causa de emancipadora.
Bernardo O’Higgins lo deportó a Mendoza en 1817 debido a que había adherido abiertamente a la causa realista o antirrevolucionaria, esto causo gran molestia en la población de Santiago, puesto que desde 1815 era Obispo de Santiago. En 1822 se le permitió a Monseñor Rodríguez regresar al país con la condición de que delegase sus funciones administrativas en un sacerdote que mereciera la plena confianza del gobierno de O’Higgins.
En 1825, llegó el exilio final pues fue nuevamente expulsado del país, debido a la vista del delegado papal que fue considerado un espía y dado la reciente oposición del papado a la independencia de los países de la Hispanoamérica, según lo manifestaba la encíclica del papa Pio VII, Etsi longissimo terrarum esta llamaba a «desarraigar y destruir completamente la funesta cizaña de alborotos y sediciones que el hombre enemigo sembró en esos países» de la «América sujeta al Rey Católico de las Españas».