Esta es la primera efeméride que deberíamos recordar anualmente en nuestro país, la epopeya de Diego de Almagro en su expedición a Chile, que llevó a conocer nuevos territorios y fundar villas y explorar las potencialidades con que contaba este nuevo territorio.
Es así como el 3 de julio de 1535 el conquistador español Diego de Almagro junto con 50 soldados salió del Cuzco con rumbo al sur del Imperio incaico, zona conocida como Collasuyo, que corresponde a los actuales territorios de Bolivia, Argentina y Chile. Por esta razón esta expedición se asocia al descubrimiento de Chile, y con la cual se comienza a escribir la historia de nuestro país. No debemos olvidar que la historia de Chile y Bolivia se vinculan a Perú, y estos a los nuevos territorios de la Corona Española, en los que gobernaba Carlos I de España y V del Sacro Imperio Romano Germánico, llamado «el Emperador» o «el César». Lo anterior, es relevante puesto que convierte a España como herederos legítimos del Imperio Romano.
Becerrillo de raza Alano español fue adiestrado en la Isla de La Española, que por aquel entonces era un enclave geográfico bajo dominio español en el que los perros de presa tradicionales españoles, los alanos, se entrenaban con fines militares. En el año 1511, Becerrillo abandonaría la Isla de La Española para dirigirse a la Isla de San Juan junto con su amo Sancho de Aragón, aunque cierto es que algunos cronistas también lo han relacionado con el conquistador Diego de Salazar. Tenía dicho perrazo la dudosa habilidad de distinguir entre indios aliados o enemigos. Cuando lo soltaban entre grupos de indígenas cogía con su boca el brazo del rebelde, sin equivocarse y tiraba de él para capturarlo. Ni decir que el que se restía, moría.
Se cuenta que un día, el capitán Diego de Salazar pretendió mofarse de una anciana indígena y divertir a los soldados. Le entregó un mensaje para que lo llevara a varias leguas de distancia y cuando la anciana se encontró todavía cerca lanzó a Becerrillo contra ella. La mujer al ver a esa fiera infernal avalanzarse contra ella se sentó y levantando el mensaje le dijo en su lengua; » Señor perro no me haga mal que llevo un mensaje para los cristianos». El perro se detuvo,