Las empanadas están dentro de los emblemas culinarios de nuestro país y son del gusto mayoritario de la población de todos los estratos sociales. Su historia se remonta a los primeros días del descubrimiento del reino de Chile y vino de las manos de una mujer empoderada como gustan de decir hoy día.
Historia y receta de la empanada
La primera mujer que hizo empanadas en Chile fue doña Inés de Suárez.
Se sabe que la expedición de Pedro de Valdivia acampo en la orilla norte del rio Mapocho, en un lugar llamado «La Chimba», en los alrededores del Cerro Blanco. Doña Inés toma harina y los ingredientes que tenía a mano para hacer el relleno y cocina las primeras empanadas de carne o de pino. También, podemos decir que Inés de Suarez, fue la madre de la cocina del reino de Chile.
Por otro lado, se sabe que los orígenes en las empanadas están en Medio Oriente (fatay y sfihas) que, tras su difusión por el sur de Europa principalmente Andalucía), llegaron a América de la mano de Inés de Suárez desde donde se difundió a otras localidades de Iberoamérica, donde les fueron modificando con los ingredientes de cada lugar.⠀
¿Por qué se llama empanada de pino? Leer más
Diversas organizaciones hispanistas de Chile como, Centro Indiano de Cultura y Pensamiento, Chiloé en el Tiempo e Hispanismo Chile, se organizaron para sumarse a la Eucaristía realizada el lunes 22 de abril en la Capilla Real de Granada. De este modo, se organizaron la para la realización de múltiples misas en distintas partes de Chile como forma de sumarse a su natalicio.
Doña Ana María de Loyola Coya Inca era hija de la princesa








Al finalizar ese su desempeño militar fue reconocido y recompensado con minas de plata en el cerro de Porco (Potosí), y tierras en el valle de la Canela (Charcas). Cercana a esta encomienda estaba la parcela asignada a la viuda de un militar, Inés Suárez, con quien estableció un vínculo íntimo, a pesar de estar casado en España.
La primera y hasta ahora única mujer que ha gobernado la totalidad de este territorio llamado Perú se llamó Ana Francisca de Borja y Doria, condesa de Lemos. Gracias a la cédula real del 12 de junio de 1667, que permitía delegar oficialmente a la consorte el mando del virreinato, Ana de Borja pudo asumir oficialmente como gobernadora del virreinato del Perú a sus 29 años y estando embarazada, luego que su esposo tenga que apaciguar una sublevación en Puno.