Fue uno de los hombres que más aportó a la ciencia y nació el 24 junio 1740 en Linares. Don Juan Ignacio Molina y González, conocido como el Abate Molina, fue sacerdote Jesuita que ingreso a la orden a los 15 años donde tuvo una gran formación científica, filosófica y humanística. Sus estudios superiores sumaron catorce años de humanidades clásicas: filosofía, ciencias, magisterio y teología. Llegó a dominar cinco idiomas: griego, latín, italiano, francés y castellano.
Con la orden del rey Carlos III de 1768, al igual que otros monarcas, expulsó a los Jesuitas de sus reinos, esto lo llevo junto al resto de la orden a radicarse en los Estados Pontificios donde años más tarde el papa Clemente XIV puso fin a la orden.
Por lo cual Juan Ignacio Molina comenzó a realizar su labor docente y de investigación en la Universidad de Bolonia.
Su obligada residencia en Europa, le permitió convertirse en una destacada figura académica y vincularse con los principales centros intelectuales de la época. Obtuvo la cátedra de lengua griega en la antigua Universidad de Bolonia y de historia natural en el Instituto de la misma ciudad; también alcanzó el rango de miembro del Real Instituto Italiano de Ciencias, Letras y Artes y la alta dignidad de primer académico americano de la docta Academia del Instituto de las Ciencias.
Su primera obra, fue Elejias latinas (1761), obra poética de juventud, donde relata su experiencia como enfermo de viruela, que lo tuvo al borde la muerte. Leer más
Abate Molina: El científico que planteo la evolución de las especies antes que Darwin.
Esta fecha se conmemora por segundo año consecutivo, pero en esta oportunidad en la figura del Alonso de Ercilla, autor de «La Araucana». De este modo, Hispanismo Chile y el Centro Indiano de Cultura y Pensamiento, prepararon el acto que contó con la presencia del ex Cónsul de Chile en España, Don Rodrigo Quiroga, así como de varios amigos y simpatizantes del hispanismo, en el acto se leyeron breves discursos, algunos fragmentos del poema. En la ocasión el ex diplomático, tuvo la oportunidad de expresar su admiración por Alonso de Ercilla y relató los diversos homenajes que realizó en su honor en España así como anécdotas del lugar donde reposan sus restos.
Doña Ana María de Loyola Coya Inca era hija de la princesa








Hace 420 años zarpó del puerto de Valparaíso una expedición con Gabriel de Castilla a la cabeza en
Al finalizar ese su desempeño militar fue reconocido y recompensado con minas de plata en el cerro de Porco (Potosí), y tierras en el valle de la Canela (Charcas). Cercana a esta encomienda estaba la parcela asignada a la viuda de un militar, Inés Suárez, con quien estableció un vínculo íntimo, a pesar de estar casado en España.
Llegan noticias inesperadas. Alonso Corona, jefe de la guarnición de Purén, advierte sobre un inminente levantamiento de los indios, y pronto los chasquis informan que Tucapel ha sido destruido. Curtido en tantas batallas, cual Quijote el Padre de Chile no se amedrenta. Juzga pacificado el Arauco, y cree que enfrenta una asonada local. Envía una nota a Juan Gómez de Almagro para que se le reúna en Tucapel el día de navidad con algún contingente de caballería, y parte a la lid con poco más de cincuenta cristianos y dos mil indios amigos. La providencia siempre le ha socorrido: ¿por qué dudar esta vez?
Juan Ladrillero (Moguer, Huelva 1505 – Concepción, Chile 1574) fue un piloto, cosmógrafo y teniente de gobernador español; considerado, después de Fernando de Magallanes, como el otro descubridor del estrecho de Magallanes; siendo el primero en navegarlo en ambos sentidos.