La tradicional y popular bebida de Chile, se consume en todo el país durante todo el año, aumentando su consumo en las temporadas cálidas. Tiene su origen en el tiempo de la conquista, cuando los españoles trajeron el trigo a Hispano América. Luego los pueblos andinos transformaron la semilla en el mote y la incorporaron a sus comidas.
El mote con huesillos es un pionero de las comidas callejeras; siempre fue un brebaje muy popular de todas la clases sociales. Al comienzo durante la colonia, los llamados “moteros” solían llevarlo en canastas sobre la cabeza junto con los envases y cucharas. Así mismo, durante las cosechas de trigo -con máquina estacionada o trilla a yegua-era normal preparar mote todos los días para satisfacer la sed de los campesinos, que trabajaban en las faenas como cortadores, carreteros, ensacadores y maquinistas. Leer más
Se sabe que la expedición de Pedro de Valdivia acampo en la orilla norte del rio Mapocho, en un lugar llamado «La Chimba», en los alrededores del Cerro Blanco. Doña Inés toma harina y los ingredientes que tenía a mano para hacer el relleno y cocina las primeras empanadas de carne o de pino. También, podemos decir que Inés de Suarez, fue la madre de la cocina del reino de Chile.
El escudo nacional es uno de los más hermosos y queridos simbolos patrios, el cual fue adoptado hace 190 años, el 26 de junio de 1834 durante la presidencia de José Joaquín Prieto, la versión actual fue aprobada por además Decreto Supremo N° 1534 de 1967. El emblema heráldico fue diseñado 2 años antes de su adopción por el autor es el artista Ingles Charles Wood.
La historia de Ahumada es anterior incluso a la fundación de Santiago del Nuevo Extremo por la hueste de conquistadores hispanos que llegaron con Pedro de Valdivia en 1540. El trazado de la calle Ahumada siguió la huella del «Qhapaq Ñan», el Camino del Inca, la gran red de caminos que comunicaban el Tahuantinsuyo y cuyo rastro cruzaba el valle del Mapocho desde varias decenas de años antes de que los europeos llegaran a estos parajes. Según recientes investigaciones arqueológicas, la presencia del imperio de los incas estaba marcada por la existencia de un pequeño centro administrativo y el camino llegaba hasta al menos la Angostura de Paine.
Esta fecha se conmemora por segundo año consecutivo, pero en esta oportunidad en la figura del Alonso de Ercilla, autor de «La Araucana». De este modo, Hispanismo Chile y el Centro Indiano de Cultura y Pensamiento, prepararon el acto que contó con la presencia del ex Cónsul de Chile en España, Don Rodrigo Quiroga, así como de varios amigos y simpatizantes del hispanismo, en el acto se leyeron breves discursos, algunos fragmentos del poema. En la ocasión el ex diplomático, tuvo la oportunidad de expresar su admiración por Alonso de Ercilla y relató los diversos homenajes que realizó en su honor en España así como anécdotas del lugar donde reposan sus restos.








Al finalizar ese su desempeño militar fue reconocido y recompensado con minas de plata en el cerro de Porco (Potosí), y tierras en el valle de la Canela (Charcas). Cercana a esta encomienda estaba la parcela asignada a la viuda de un militar, Inés Suárez, con quien estableció un vínculo íntimo, a pesar de estar casado en España.
Todo comienza por una petición del Cabildo de Santiago en 1733, en que solicita a Su Majestad el Rey Felipe V la instalación en Chile de una casa de acuñación de monedas. Frente a la demora de la respuesta, Francisco García Huidobro, comerciante peninsular avecindado en Santiago, solicitó en 1741 al rey de España permiso para instalar una fábrica de monedas y así solucionar el problema de creación de circulante, que se producía cuando se atrasaba el envío de monedas desde Perú donde existía
Juan Ladrillero (Moguer, Huelva 1505 – Concepción, Chile 1574) fue un piloto, cosmógrafo y teniente de gobernador español; considerado, después de Fernando de Magallanes, como el otro descubridor del estrecho de Magallanes; siendo el primero en navegarlo en ambos sentidos.